Los cuidados básicos del anciano se relacionan directamente con las necesidades de la persona mayor y con el mantenimiento de la calidad de vida y el bienestar general. Por tanto, no sólo contienen los cuidados físicos sino también los psicológicos y sociales.
Analizar las necesidades de cada persona nos dará la clave para ofrecer unos cuidados significativos y de calidad en el adulto mayor. Por lo tanto es fundamental tener una buena comunicación, un excelente clima de confianza y seguridad.
Los cuidados básicos del anciano o cuidados físicos, abarcan:
- El apoyo a la persona en cuanto al bienestar emocional,
- El estado de ánimo,
- La calidad del sueño,
- Las actividades sociales
- O las funciones cognitivas entre otros.
Los cuidados físicos los podemos clasificar mediante la higiene corporal, la alimentación, la higiene postural, la autonomía y la prevención de riesgos.
Higiene personal
Una adecuada higiene personal es básica para el mantenimiento de una vejez saludable y la prevención de ciertos problemas como son infecciones, problemas en la piel o malestar general. Para ello, la limpieza e hidratación serán los objetivos principales.
Dentro de la higiene personal se debe de contemplar:
- Higiene corporal
- Higiene bucal
- Cuidado de los pies
- Alimentación saludable
El proceso de envejecimiento lleva asociados ciertos cambios fisiológicos que modifican las necesidades nutricionales de la persona. Con cierta frecuencia estas necesidades no se alcanzan apareciendo malnutrición y algunas consecuencias. Éstas pueden ser la aparición de algunas patologías, el empeoramiento de enfermedades y de su recuperación, el inicio de una situación de dependencia, el aumento del riesgo de caídas, etc.
Practicar una dieta saludable, variada y equilibrada, es importante siempre, pero cobra mayor relevancia durante la vejez. En la dieta es necesario que aparezcan todos los grupos de alimentos.
- Lácteos y derivados
- Carnes, pescados y huevos
- Legumbres, patatas y frutos secos
- Verduras y hortalizas
- Frutas
- Cereales
- Aceite de oliva
Para que una dieta sea equilibrada, debe ser variada y contener los grupos de alimentos en sus proporciones adecuadas para cubrir nuestras necesidades orgánicas.
La alimentación en la vejez se organiza mediante unas pautas nutricionales coherentes con las necesidades fisiológicas, la actividad física realizada y la salud general.
Higiene postural
A medida que envejecemos, deseamos mantenernos autónomos el mayor tiempo posible y ser independientes para la realización de las actividades diarias. Sin embargo, pueden aparecer ciertos problemas fisiológicos que limiten este objetivo. Como consecuencia la persona mayor se sentirá insegura, aumentará el riesgo de caídas y la probabilidad de ser dependiente.
La higiene postural es el conjunto de normas que nos ayudarán a mantener una posición correcta. Ya sea en movimiento o quietos, debemos proteger principalmente nuestra columna vertebral, músculos y articulaciones.
La higiene postural consigue reducir los daños musculo esqueléticos en base a ciertas recomendaciones. Algunas de ellas se refieren a la postura correcta al dormir, al estar sentados, levantarnos o coger algún peso y realizar tareas básicas. Estas pautas previenen y reducen las lesiones que puedan producirse y por tanto futuras situaciones de dependencia.
En general, podemos decir que si:
- Nos mantenemos activos
- Realizamos ejercicio moderado diario
- Evitamos el reposo excesivo
- conseguiremos mejorar nuestra forma física, tendremos músculos y huesos más fuertes y resistentes, y adquiriremos una mejor postura tanto en reposo como en movimiento.
En caso de presentarse dolor, es necesario acudir al médico y seguir las recomendaciones que nos dé.
Contáctanos si tienes alguna duda y necesitas que te ayudemos.
Fuente:
“Cuidados básicos del anciano” (2007) Editorial Just in Time S.L